Design Thinking en Español

¿Qué es lo que en realidad quiere la gente o las organizaciones cuando entran a un proceso de innovación? Está claro para mi que el fin último es mucho más que volverse expertos en conceptos y metodologías innovadoras; lo que las organizaciones quieren es resolver, mejorar o crear algo.

Teniendo claridad en lo anterior debemos trasladar rápidamente nuestro foco de preocupación a otro lado, pues lograr estos “Jobs to be done” son factibles aún para las organizaciones emergentes, y acepto muy a mi pesar, que pueden funcionar sin una metodología de innovación estructurada, solo utilizando “Tracción Animal” es decir esfuerzo, desgaste y tiempo.

Si lo anterior es posible, la pregunta central es por qué seguimos haciendo innovación si podemos obtener resultados de otra manera sin tanta alharaca, aquí es donde surge el reto de la innovación, generar resultados más allá de lo esperado y lo políticamente correcto, hacer disrupción entonces pasa de ser una opción arriesgada y deseable a un entregable obligado, porque cualquier opción diferente a ésta en el proceso no justificará el esfuerzo y los recursos empeñados en ella.

Conceptualmente el término “Disrupción” es el cambio súbito de un continuo establecido, la confusión generalizada sobre el concepto genera aversión al pensar en ella, pues se cree que el concepto está ligado a conflictos y revoluciones armadas dentro de las organizaciones lo que debe de evitarse a toda costa.

Cambiar las creencias establecidas por nosotros mismos y dadas por verdad histórica sobre nuestros mercados, clientes y usuarios para sustituirlas por la atención y observación de los nuevos continuos que ellos, y no nosotros, establecen como valiosos, para después atenderlos en consecuencia de manera decidida y súbita para ofrecer resultados, esto es la disrupción que busca la verdadera Innovación.